miércoles, julio 18

¡Atención!



Allí donde diriges tu atención, eso crece. Si tu atención suele estar enfocada en los problemas y conflictos, estos crecerán dando la impresión de que tu vida está llena de dificultades y malestar. Si por el contrario llevas la atención a las posibles soluciones y a temas agradables, crecerán las soluciones, viendo las cosas más claras y el camino a seguir más sencillo, viviendo con más bienestar y prosperidad.

Seguramente que alguna vez te haya dolido la espalda, la cabeza… si estas todo el rato prestándole atención al dolor, este crece tanto que lo único que ves es un dolor insoportable. Es posible que te hayas encontrado con una persona que te ha hablado de temas que te interesaban, al llevar la atención sobre la conversación te olvidas del dolor y te vuelves a acordar del dolor cuando se acaba la conversación. Si todos los días piensas en la crisis tu vida es una crisis, pero si observas las alternativas para superarla tu vida mejora, llenándose de posibilidades. Si estas todo el día pensando en la discusión con tu pareja, tu jefe, un amigo… tu vida es un conflicto, pero si llevas la atención a la forma de solucionar y mejorar vuestra relación, tu vida será más agradable, con mejores relaciones.

Una historia nos cuenta la conversación de un viejo indio con su nieto:

- Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón.
Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador.
El otro está lleno de amor y compasión.
- Abuelo, ¿Dime cual de los dos lobos ganara la pelea de tu corazón?
- Aquel que yo alimente.

La energía sigue al pensamiento, el pensamiento esta donde tu atención haciendo que se haga grande lo observado, para finalmente salir una acción desde ahí. Si tu atención está en el problema tendrás un problema muy grande, saliendo acciones llenas de conflictos.

Si tu atención está en la solución, tendrás un montón de alternativas, actuando para solucionar de la forma más conveniente. Con pensamientos de conflicto, vida destructiva y triste, con pensamientos creativos, para solucionar, vida constructiva y alegre.

Pon atención, observa tus pensamientos y decide cuales quieres alimentar.

Ser felices.

Marut.


Consciencia



La evolución del ser humano no se da almacenando datos, carreras, conocimientos, éxitos, dinero, casas, cuerpos perfectos o popularidad, la evolución se da al expandirse la consciencia en nosotros. La consciencia es la capacidad de ver, de darse cuenta, descubriendo y reconociendo algo que está.

A nivel físico uno se puede hacer consciente de las sensaciones, disfrutando de un montón de regalos agradables que te da el cuerpo todos los días, a través de la respiración, una ducha, el contacto del aire, el agua o el sol en la piel… También nos hacemos conscientes de las necesidades del cuerpo disfrutándolas cuando se les da correctamente, el comer, beber, dormir, pasear… Uno se hace consciente de las señales de aviso, el dolor, diciéndonos que paremos, que cambiemos la intensidad, que rebajemos el ritmo… de no hacerles caso saldran las lesiones.

A nivel emocional nos damos cuenta de cómo funcionan, como nos afectan y que nos quieren decir. Muy importante ver la emoción con la que se mueven las acciones y las palabras, pues de esta manera podremos ajustar la dirección de lo que hago. Puedo darme cuenta si ante una situación surge el miedo o la vergüenza paralizando mi capacidad de expresarme correctamente. Si es desde la ira o la rabia, hablare o actuare demasiado rápido, sin poder pensar ni buscar soluciones, seguramente queriendo dañar. Si es desde la envidia desearé a esa persona que tiene lo que yo no tengo y me gustaría tener, que le vayan mal las cosas. Desde los celos, pensare que alguien esta quitándome algo que es mío. O desde la vanidad, sintiéndome el centro de atención, del orgullo creyéndome más que tú, desde la soberbia, pensando que soy tan superior a los demás que nadie tiene nada que darme.

Si no soy consciente de todas estas cosas, teniendo un conocimiento emocional propio, viviré una especie de ilusión, de mentira, en la que cada vez viviré mas en el conflicto, sintiendo más solo y separado de los demás.

A nivel mental podemos darnos cuenta, de los pensamientos que hay en ti, exigiéndote como debes comportarte, de ser tú y el resto del mundo, que es lo que tiene que pasar y lo que no, que va a ser bueno para ti y malo. Si no nos hacemos conscientes de los pensamientos, dirigirán nuestra vida y nos empujaran a dirigir también la de los demás, obligándonos ha hacer y decir cosas que nos crearan complicaciones y sufrimiento.

Existen dos mundos el externo, que percibimos a través de los sentidos y el interno, que es donde viven las sensaciones, emociones, sentimientos, pensamientos… dirigiendo las acciones externas. Así pues, ser consciente, es evolucionar, es darte cuenta a través de la experiencia propia, en momento presente, de conocer lo que está ocurriendo en tu interior, de cómo funcionas. Si expandes consciencia puedes crear bienestar y prosperidad allí donde te encuentres, discriminando lo correcto o de lo que no, lo útil de lo inútil, lo que construye de lo que destruye.
Ser felices.

Marut.


Yo robot.



En nuestra mente se han creado registros neuronales, grabaciones de cómo hacer las cosas y dar las respuestas ante diferentes situaciones con las que nos podamos encontrar. Esto en principio está bien pues así puedes andar mientras te ocupas de otras cosas, escuchar música, hablar, pensar… Puedes cocinar y organizar mentalmente el fin de semana… En definitiva tenemos la opción de hacer varias cosas a la vez utilizando los automatismos de la mente. El problema está en que cuando queremos quitar el piloto automático y coger el control de los pensamientos, palabras o acciones no podemos hacerlo.

En el momento evolutivo que se encuentra el Ser humano si queremos avanzar tenemos que expandir la consciencia, la capacidad de darse cuenta de las autopistas neuronales que nos dirigen y gradualmente coger el volante, creando nuevas formas de funcionar adecuadas al momento y necesidades.

En situaciones de riesgo nuestra consciencia se expande, da la impresión que se para el tiempo y vemos de una forma más amplia lo que pasa. Por ejemplo cuando vas conduciendo y otro coche se pone de golpe delante, en ese instante ves con claridad el coche, el hueco que te deja para pasar, eres consciente de si frenas o de cómo giras el volante... Todo esto ha pasado en decimas de segundo, sin asustarte, ni enfadarte. Nada mas librarte de la situación y sentir que el peligro a pasado es cuando aparece el miedo y es posible que insultes a gritos al otro conductor.

Estudios científicos demuestran que la mente recibe 100 millones de datos por segundo, pero en situaciones de riesgo amplía esa capacidad a 300 millones por segundo, por eso podemos profundizar y ver más, dando la sensación que el tiempo se alarga. Se hicieron pruebas con personas que no podian ver numeraciones electrónicas que vibraban con mucha rapidez en una pantalla digital, al hacer puenting por primera vez con esta pantalla en el casco, podian leer esa numeración.

Deberíamos poder decidir que situaciones son de riesgo en la vida, pues la respuesta que des en una conversación, en una relación, en un trabajo o con otras situaciones pueden determinar tu vida. Antes cuando por el comentario de alguna persona, me sentía atacado, saltaba discutiendo o podía bloquearme quedándome atascado, sin ser consciente de lo que pasaba y sin poder controlarlo. Cuando se va expandiendo la consciencia lo que antes era un segundo automático sin ver lo que pasaba, se puede convertir en un segundo donde se “VE” lo que ocurre, apareciendo la rabia, calentándose el cuerpo, tensándose las mandíbulas, agitándose la respiración, acelerándose los pensamientos, para terminar hablando sin poder pensar. Cuando amplias la capacidad para ver este proceso también se va desarrollando la capacidad de frenarlo, cogiendo las riendas y diciéndole el camino a seguir, o sea la respuesta más acertada en el momento.

Es importante saber que estamos evolucionando, y para hacerlo correctamente es necesario la paciencia y constancia, para de forma gradual ir haciéndonos dueños de nosotros mismos. Despertando el poder, o sea la capacidad de hacer, lo que uno quiere conscientemente y así gobernar nuestro cuerpos físico, emocional y mental con conocimiento y firmeza.

Ser felices.